Algunos dicen que nada es lo que parece y otros que la vida es sencilla, pero que nosotros la complicamos.
Por eso me encanta este cuadro de Magritte
Como dice Punset : EL MUNDO NO ES LO MISMO PARA UN ESQUIMAL QUE PARA UN NÓMADA DEL DESIERTO y claro no se comportan igual ante el mismo suceso.
Hoy sabemos que los genes no determinan casi nada. La interacción entre los ganes y el entorno configura a los seres humanos, aunque los amantes de la biología lo olviden con frecuencia.
Por eso me encanta este cuadro de Magritte
El asunto se complica cuando nos preguntamos y me consta que lo hacemos. ¿Por qué soy así? ¿ Por qué me tomo las cosas tan a pecho? ¿Por qué me pongo triste sin motivo aparente? ¿Por qué hago cosas que no quiero hacer?
Las respuestas no son sencillas y es que el ser humano está en el marco de pertenencia a un sistema muy complejo.
Para explicar lo que nos pasa hay modas. Cuidado con los genetistas, creerles a pie juntillas es un verdadero peligro. Por ejemplo si cuando sus padres le gestaron en la lotería se le coló el gen 5-H TT tiene usted posibilidades de ser un depresivo. ¿Está nuestra conducta determinada por nuestra condición genética? Si esto es así mejor no molestarse, ya estaríamos determinados. La verdad no hay nada mejor que creer en el determinismo genético u otros para acabar con una depresión de caballo, sentada en el sofá y viendo Sálvame o Gran Hermano para rematarla del todo.
Entonces lo complejo se vuelve esperanzador y sabemos que nuestra conducta no está determinada por nuestra condición genética !ALELUYA!
Si tengo el gen me dará la tabarra si se dan unas circunstancias concretas que tengo posibilidad de evitar. Quiere decir que me lo tengo que currar.
Pero seguimos sin respuestas y nos ponemos nerviosas y caemos en cierta tendencia al reduccionismo. Lo hacemos así: cogemos el problema, lo partimos en trozos y tratamos de explicar el todo analizando sus partes. Para suerte nuestra están los gestalticos que nos dicen que el mapa no es el territorio.
Aunque es cierto que un gen determina el color de nuestros ojos, no hay que pensar que cada rasgo de nuestro comportamiento está determinado en nuestro nacimiento.
Por suerte sabemos que somos producto de nuestras circunstancias y que el entorno interacciona hasta en nuestras partes más profundas y desconocidas.
Las condiciones externas, ambientales, sociales, económicas, políticas etc influyen en nuestro comportamiento. Sin olvidar que al revés también funciona. Lo que pasa en la mente no se le escapa al cuerpo. !Ay la psicosomatica!
¿Por qué no podemos dormir cuando estamos nerviosos? ¿Por qué nos acatarramos cuando estamos tristes o agotados?¿ Por qué lloro cuando veo una película , o paso miedo si sé que es de ficción?
Que no se resuelve solo con esto. No sólo el cuerpo y la mente influyen en nuestra conducta, además tenemos una biografía, nacimos en el seno de una familia concreta donde pasaron muchas cosas, nos educaron y nos adoctrinaron a su manera. Nacimos en un lugar concreto, con una cultura determinada. No es lo mismo nacer en Etiopía que en Bilbao y no es lo mismo vivir en la Gran Vía que en Otxarkoaga. También importa si soy hija única, o tengo 3 hermanos/as, si mis padres tenían abultados ingresos o eran parados.
Hoy sabemos que los genes no determinan casi nada. La interacción entre los ganes y el entorno configura a los seres humanos, aunque los amantes de la biología lo olviden con frecuencia.
Este hombre Robert Sapolsky un importante profesor norteamericano dice: Los genes están ahí, pero no dan comportamientos. Si es cierto añade que hay casos que actúan directamente. Por ejemplo hay una enfermedad llamada fenilcetonuria. Se produce por la existencia de un gen que descarga una proteína que destroza el cerebro antes de cumplir los dos años. Pero si se detecta a tiempo, con dieta adecuada y algunas adecuaciones son personas que pueden vivir una vida larga, saludable y feliz. Si modificamos las condiciones desde el exterior los genes pueden permanecer inactivos.
O sea que las noticias que nos llegan son buenas: si entre todas las elecciones posibles optamos por la de crecer podemos hacerlo. Hay cierto margen de maniobra y de libertad.
Claro que puedo optar por decir "mañana ya lo haré". Es un ejercicio de elección libre pero luego no te quejes.
Es agotador escuchar quejas de personas que no arriesgan nada por cambiar sus vidas.
De momento, mejorar, sentir la vida con gozo, disfrutar de lo que tienes y agradecerlo, no se obtiene con una pastilla (aunque haya profesionales que intenten recurrir a ello, creyendo que la salud depende exclusivamente de los fármacos).
Quizás algún día inventen una pastilla sin contraindicaciones que nos haga felices, pero mientras trabajemos por nuestro bien, que es el bien de todos.
ROSA ( Facilitadora grupo de Crecimiento A. OREKA )
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