Comienzo ese artículo cayendo en una contradicción de la que no siento orgullo. Pues es mi intención plasmar el resultado de un experimento en laboratorio con unos maltratados animales. Con esto quiero decir, que no es justificable el sufrimiento que se inflige a los animales para sustentar determinados experimentos con la excusa del avance científico. Tiene que existir otras formas. La Psicología no escapa de esta criba, pues conocidos investigadores han sido responsables de inmumerables torturas. (Algún día podemos abordar este tema).
Voy a referir un experimento probado en Biología. Una rata está en una jaula y con un suelo electrificado se le dan descargas repetidamente, en poco tiempo comenzará a sufrir de estrés. Cuando muera se verá en su autopsia que sus glándulas adrenales serán a normalmente grandes y su estómago estará poblado de úlceras. Pero si a esa rata se le deja un palo de madera en la jaula para poder morder, recibiendo las mismas descargas y habiendo mordisquear el palo tendrá las glándulas adrenales más pequeñas y muchas menos úlceras.
Pero si se ponen dos ratas y a una se le dan descargas y a la otra no, se observa que la que sufre las descargas ataca a la otra y le muerde. Curiosamente en la autopsia se verá que no hay úlceras y que las glándulas adrenales tienen un tamaño normal..
Este experimento me sirve de introducción para hablar de una conducta que seguro que todas/os habremos experimentado en más de una ocasión.
Me refiero a las veces que nos han hecho daño y nos hemos sentido heridas por ello. Hemos sido víctimas. Las víctimas pueden reaccionar ante el dolor infligido de diferentes formas y quiero mencionar una en particular : la víctima que hace que otros sufran el dolor de que ellas han sido objeto.
Curiosamente los elegidos para traspasarles nuestro daño suelen ser con frecuencia seres vulnerables, personas inocentes o personas que van a evitar la confrontación.
En Psicobiologia a esto se llama "agresión desviada o redirigida". Opera a través de la transferencia del dolor.
¿Quién no ha tenido un mal día y lo ha pagado con su hijo, su pareja o dándole una patada al perro?. Extrapolamos el daño.
De hecho es raro que socialmente a "los malos" se les presente como hacedores del mal por puro placer, sin una motivación importante. Un ejemplo muy típico es lo que conocemos como "ciclos de violencia familiar" en los cuales la gente que ha sufrido abusos de niños se convierten en potenciales abusadores al hacerse adultos. Por suerte eso no debe ser, ni es así en en bastantes casos.
Ahora sabemos que los individuos/as que se sienten o son atacados sufren lo que se llama "estrés de subordinacion" y en consecuencia aumentan sus niveles de cortisona, bajan sus concentraciones de hormonas sexuales y aumentan su presión sanguínea. Es decir, las víctimas pasan a sufrir el estrés que tienen los que les atacan ,mientras que los atacantes cuando transfieren su malestar se liberan y se sienten mejor.
Parece por evidencias avaladas por numerosos estudios que la evolución adaptativa premia a las víctimas que incapaces de encararse a su agresor se desfogan con compañeros de posición inferior. No nos escapamos de esta circunstancia los animales humanos.
Afortunadamente, somos inteligentes y hay formas para no caer en la trampa de la agresión desviada. De hecho las religiones han intentado ocuparse de ello. Por poner algún ejemplo Acordaros del Sermón de la Montaña que te aseguraba plaza al lado del Padre al pasar a la otra vida si habías sufrido el dolor y la Injusticia en tus carnes.
El budismo reconoce por su parte la inevitabilidad del dolor y nos provee de algunos pasos para evitarlo. Kshanti paramita: "La capacidad para recibir, soportar y transformar el dolor infligido por los enemigos y también por aquellos que te aman".
Las posibles soluciones tienen que pasar por la posibilidad de rebelarse contra esa huella biológica evolutiva y no actuar redirigiendo la agresión a otros cuando nos agreden.
Aprendamos a responder al agresor y si no sabemos, no podemos o no queremos, antes de decidir pasar a otro tus dolores, heridas y cabreo pregúntate si es justo que el otro pague por lo que te ha pasado y no has sabido gestionar adecuadamente.
ROSA ( FACILITADORA ASOCIACIÓN OREKA )
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