Leer ha sido una actividad que ha formado parte de mi vida desde que era niña. Al principio eran tebeos y cuentos . Los "estirones" en sentido vertical y los cumpleaños eran factores determinantes en el cambio de lecturas y de esta forma paulatinamente quedaron atrás aquellos libros de copiosas ilustraciones y pocas letras, que hablaban de princesas, brujas malvadas, hadas y enanitos que poblaban increíbles bosques, para pasar a los de aventuras, dibujos escalonados y escasos que se escapaban para visualizar a " Los cinco" en sus exploraciones y descubrimientos.
Así se llegaba a la bendita y transformante adolescencia y el interés aumentó en progresión geométrica. Descubrí a Kafka por ejemplo y a Macondo que, junto a Gabi, siguen acompañándome en ocasionales relecturas, consiguiendo evocar lo que fui y lo que ahora forma parte de mi biografía.
También se coló la poesía. Aborrecidos por supuesto los autores que eran de obligada lectura en clase. No era posible disfrutar leyendo La Celestina con 15 años, después no lo sé,confieso no haber tenido ganas de hacerlo. Cierto es que superé en algunos momentos esa empecinada rebeldia gracias al efecto benefactor de una profesora de Literatura que enseñaba a amar las bellas y bien dispuestas palabras. De esta forma hubo reconciliación con algunos como Baroja, Delibes... por citar algunos. Con el tiempo descubrí que los momentos vitales y las elecciones tienen mucho que ver y ahora sé que
por eso cada libro es diferente para cada quien
Respecto al ritmo y a la cantidad han sido diferentes, incluso dispares. Épocas en las que la avidez precedió a cierta compulsión; otras por el contrario eran escasas las ocasiones en las que me abandonaba en el placer de leer debido a un orden cambiante de responsabilidades en las que por libre elección una se embarca, también otras he conseguido una tendencia equilibrada.
TIPO DE LECTURAS
Son variadas las preferencias del elenco literario, incluidos los autores.
Ahora soy consciente de que las elecciones no eran cuestión de azar, incluso arriesgo a decir que las elecciones respondían a mis necesidades vitales, a mi momento concreto, al sortilegio evolucionante, a mi capacidad receptiva y ¡cómo no! a mi estado de ánimo.
Por todo esto y mucho más, cuando me regalo a veces un rato de plácida lectura, mis ojos se posan en las estanterías donde ellos están ordenados en silencio, siendo los libros testigos mudos de mi historia. Sobreviene entonces el sentimiento del pudor en la fantasiosa idea de que un buen observador ajeno a mi reparase en ellos.
Y más, leemos como somos y por ello sabemos las personas que frecuentamos tertulias literarias que cuando se comienza a desgranar los pensamientos, sensaciones, interpretaciones, parece en ciertos momentos que hablamos de libros diferentes. Esta circunstancia procura un marco rico para ensanchar capacidades en diversos aspectos, por ejemplo, en las formas de adecuar los pensamientos, en las inmensas posibilidades de prismas diferentes, en las diferentes formas de analizar de emocionarse, de sentir y por supuesto de aprender, de interiorizar, de relacionar y de empatizar.
Siempre he querido formar parte de algún grupo de lectura, me siento muy orgullosa de que sea a través de Oreka mi iniciación.
ResponderEliminarEstoy segura que va a ser muy positiva la experiencia
Espero Rosa que sea buena la experiencia. Motiva de forma positiva tu comentario.
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