Por sentido de responsabilidad y porque me habían invitado a un encuentro literario con el autor de esta novela histórica me he asomado a sus páginas
sin demasido entusiasmo y con cuidado. Lo cierto, es que aunque me parece que es demasiado voluminoso me ha gustado mucho más de lo que preveía.
La guerra civil española contada por un niño de 10 años, Martintxo Abrisketa vecino de un caserio del barrio La Peña de Arrigorriaga y basada en hechos reales.
Aunque no sea una lectura que tenga relación con los temas que se ocupa este blog quería por sino conocéis el libro, dejar un extracto que me ha gustado especialmente por la sencillez y belleza de la exposición.
" Siddartha Gautama , Buda, dijo que la única forma de dejar de sufrir es dejar de desear. Si no anhelas, si no esperas nada, si inhibeS el deseo desaparece el dolor y la angustia, porque ya no echas en falta lo que no tienes. A partir de ahí, el camino hacia la paz contigo mismo queda despejado y todo se convierte en un regalo, en un instante fugaz.
Buda era muy inteligente , como los niños. Por eso no se enamoran, sencillamente se comen la vida con los ojos, viven el momento, son sabios. Luego de mayores lo olvidan todo.
Martintxo se eleva sobre el miedo porque imagina, porque sueña, porque confunde, porque decide confundir, creer en Nunca Jamás. Nosotros no volamos, perdimos la fe y luego las alas.Sospecho que extraviados algo más, pero todavía no he descubierto de qué se trata. Confío en averiguarlo antes de terminar la novela. En ese secreto perdido está escondida mi sonrisa.
Acabo de abrir los ojos sin querer. La bruma de la mañana se está levantando. Cierro los párpados de nuevo y el ratón uelve a escribir, a dar fe de mi pecado.
He de asumir que soy el diablo, que me equivoco.No pasa nada. La culpa del culpable es el principio del camino. Segunda a la derecha y todo recto hasta el amanecer, ahí está Nunca Jamás. Al otro lado de la culpa se encuentra el perdón. ( página 329)
ALEJANDRA ( GRUPO DE LECTURA ASOC OREKA)
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